Fulton, así nombrada en homenaje a Robert Fulton creador de los buques a vapor, es una pequeña localidad de Tandil, ubicada a 38km de la cabecera del partido. Su ingreso es por la Ruta Provincial 74 en dirección a Ayacucho hasta el cruce de vías, desde donde se continúa por un acceso consolidado de 8km. El camino ya es, desde un comienzo, un paseo. Las sierras del Cerro Redondo, entre otros, verdean en verano y el camino serpentea y se pierde en el horizonte. En esa dirección, saliendo del centro de la ciudad, se ve desde la ruta el desvío Aguirre y el Club de Planeadores.
Al llegar, el primer sitio para visitar a pie o en bicicleta, es la vieja estación del tren, totalmente restaurada, donde se encuentra la fábrica de alfajores y chocolates Estaful, emprendimiento encarado por un conjunto de mujeres del pueblo que son las que atienden a diario a los visitantes.
Con más de 100 años, en las pocas manzanas del pueblo sobre la Avenida Los Arrieros, viven unos 70 habitantes, algunos de los cuales aún recuerdan la llegada del tren hasta el año 2000, que no sólo proveía los alimentos y generaba el movimiento diario sino que también alimentaba el funcionamiento del correo, que ya no está.
Otro de los hitos del pueblo es el Almacén de Ramos Generales de Adela, donde comer comidas locales o tomar el té, además de comprar miel y otras conservas fabricadas a nivel local. El almacén siempre está abierto los fines de semana.
Empanadas caseritas en Gardey
El domingo 20 de noviembre, Día de la Soberanía Nacional, Gardey abre las puertas de las casas de sus cocineras y festeja con la Fiesta de la Empanada Artesanal.
La Plaza del pueblo albergará una feria desde las 13 horas hasta las 22 y además de empanadas habrá puestos, cantina al aire libre, espectáculos y, para el cierre, se organizó un recital de Vieja Minga, una de las bandas cover más reconocidas de todo Tandil.
Gardey es un pueblo colmado de historia a apenas 27 km de la ciudad.
Como todo pueblo rural, el signo característico de sus calles es el silencio apenas interrumpido por el canto de los pájaros y el soplar del viento entre los álamos. Pleno de rincones, se puede visitar en una escapada de un día desde la ciudad o disfrutar todo un fin de semana.
La Capilla San Antonio de Padua, uno de sus atractivos, tiene un estilo romántico que deja impactado a cada uno de los turistas que llegan. Si bien el estilo original era colonial, fue modificado, con tres naves, aunque se construyó la mitad de la nave central, previéndose a futuro la ampliación, de acuerdo al crecimiento del Pueblo. Fue inaugurada oficialmente el 29 de enero de 1933. Este espacio parece estar detenido en el tiempo, sus imponentes imágenes de yeso, la escalera que da al campanario y a un segundo piso obligan al visitante a detener la mirada por varios minutos.
Se puede visitar además el arroyo Chapelofú, y bajo la sombra de los árboles, disfrutar del silencio y los sonidos de la naturaleza. Los amantes de la pesca y la vida al aire libre suelen acampar durante el día. También existe la posibilidad de ir por caminos rurales hasta “Las Coloradas”, un paradisíaco espacio verde enclavado en el medio del campo a la orilla del mismo arroyo.
Para disfrutar de la gastronomía o de una tentadora picada al aire libre, el Almacén Vulcano es la opción ideal. Ubicado en la entrada al pueblo, justo en la esquina, este fue el primer inmueble de mampostería construido en Gardey. Cuenta con un espacio verde y mesas afuera desde donde observar el atardecer del pueblo. En la parte de atrás, de dicho almacén se encuentra el Museo de Malvinas, dónde se exhiben varios elementos de la época en homenaje a los caídos en combate.