México | Cómo ver la serpiente emplumada

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Vacacionar en México equivale a descubrir vistas únicas, protagonizar esas coloridas postales que caracterizan al país. Es adentrarse en paisajes aromáticos, explorar sabores al ritmo de una cultura que late en cada rincón.

Dentro de este destino, visitar la Península de Yucatán permite sentir brisas marinas sobre arenas brillantes, frente al manto azulado del horizonte caribeño. O sumergirse en los misterios legados por la tradición local.

En la región, además de profundizar sobre la cosmovisión maya, se pueden explorar los recuerdos milenarios de estos pueblos. Recorrer la tierra que habitaron para reconstruir las sensaciones experimentadas en su esplendor.

Y entre todas las opciones que allí se ofrecen para establecer este acercamiento, sobresale la oportunidad de conocer la zona arqueológica de Chichén Itzá.

De igual modo, en el cielo yucateco se impone la Pirámide de Kukulkán, un hito arquitectónico que gobierna la vista de este yacimiento. En ese preciso lugar se puede revivir sólo dos veces al año el descenso de Kukulkán, un ritual de gran importancia en la vida de los mayas.

 

Cómo y dónde ver el descenso de Kukulkán

Para presenciar el descenso de Kukulkán hay que situarse en un lateral de la fachada de la Pirámide, que fue levantada en honor a esta deidad. La construcción forma parte del área de Chichén Itzá, situada a unos 130 kilómetros de Mérida, la capital de la Península.

Por su atractivo turístico y cercanía con la zona arqueológica, esta ciudad es la mejor opción para quienes buscan sumarse al ritual. En efecto, Mérida ofrece tours para presenciar el fenómeno. Además cuenta con aeropuerto internacional y hotelería de primer nivel.

En este destino destaca la propuesta de alojamiento de Residence Inn  by Marriot Mérida, uno de los complejos mejor adaptados a las exigencias de aquellos viajeros que esperan combinar confort o viajes de negocios con experiencias culturales, como el descenso de Kukukán.

A través del resort de la cadena RCD Hotels también se puede acceder a otros tours ideales para complementar el plan de exploración maya, por caso las experiencias del Gran Museo del Mundo Maya, o la zona arqueológica de Dzibilchaltún, donde se registran prodigios de similar efecto.

 

Qué es el descenso de Kukulkán

El descenso de Kukulkán o la serpiente emplumada, que es otro de los nombres que recibe esta deidad, se produce alrededor de cada 21 de marzo y 21 de septiembre, es decir durante los equinoccios.

Desde unos dos días antes y hasta otros dos después de la llegada del otoño y la primavera se activa el ingenio óptico diseñado por los mayas, que conjuga las particularidades arquitectónicas de la Pirámide con el movimiento de la Tierra y la posición del Sol.

Ocurre que en estas fechas, a las 16.30, se proyectan sombras sobre el lado norte de la construcción, en una de las alfardas o muros que acompañan sus escalinatas.

Durante pocos minutos, se forman siete triángulos invertidos y Kukulkán, por fin, parece reptar desde la cima hasta el suelo, donde completan la ilusión dos enormes cabezas de serpiente que ornamentan la base de la Pirámide.

En ese instante, viajeros y locales levantan sus brazos para celebrar el efecto con notable emoción.

Por qué se realizaba el descenso

De acuerdo a estudios, este juego de luces y sombras que se desarrolla en el ocaso determinaba los mejores momentos del año para realizar cultivos, actividad central de la economía de los mayas.

Los pueblos conocían muy bien los astros y contaban con un calendario que les permitía optimizar los tiempos de actividad agrícola.

De allí una de las explicaciones de mayor aceptación acerca del descenso de Kukulkán, un fenómeno que trasciende sus circunstancias de origen y multiplica su carácter mítico con cada iteración.

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